29 de diciembre de 2009

Delicioso suicidio en grupo

Bueno, la cosa sigue por países nórdicos. Esta vez he leído una novelita que trata la tendencia de los finlandeses al suicidio, apunta los motivos, describe los perfiles más proclives y con todo ello monta una road movie en toda regla; ¿o deberíamos decir road book?

Es un libro que se lee rápido y resulta muy entretenido, pero nada más. En algunos momentos tanto kilómetro se me hacía un poco pesado, pero los fragmentos en los que cuenta el día a día en Finlandia me han gustado mucho. Y para que conste, copio un par de ellos:

«El enemigo más poderoso de los finlandeses es la oscuridad, la apatía sin fin. La melancolía flota sobre el desgraciado pueblo y durante miles de años lo ha mantenido bajo su yugo con tal fuerza, que el alma de éste ha terminado por volverse tenebrosa y grave. Tal es el peso de la congoja, que muchos finlandeses ven la muerte como la única salida a su angustia. Una mente taciturna es un enemigo aún más encarnizado y temible que la propia Unión Soviética.»

«Llegaron a la conclusión de que la sociedad finlandesa era fría y dura como el acero y sus miembros eran envidiosos y crueles los unos con los otros. El afán de lucro era la norma y todos trataban de atesorar dinero desesperadamente. Los finlandeses tenían muy mala leche y eran siniestros. Si se reían, era para regocijarse de los males ajenos. El país rebosaba de traidores, fulleros, mentirosos. Los ricos oprimían a los pobres, cobrándoles alquileres exorbitantes y extorsionándolos para hacerles pagar intereses altísimos. Los menos favorecidos, por su parte, se comportaban como vándalos escandalosos, y no se preocupaban de educar a sus hijos: eran la plaga del país, que se dedicaban a pintarrajear casas, cosas, trenes y coches. Rompían los cristales de las ventanas, vomitaban en los ascensores e incluso hacían sus necesidades en ellos. [...]

Si uno se ponía a beber, el hígado y el páncreas empezaban a fallar. Si comía bien, el colesterol se le ponía por las nubes. Si fumaba, se le incrustaba un cáncer asesino en los pulmones. Pasara lo que pasase, los finlandeses siempre se las arreglaban para echarle la culpa a otro. [...]

Pero siempre tiene que haber un aguafiestas. El camarero por horas Seppo Sorjonen, sin preguntar si le interesaba a alguien, empezó a referir sus recuerdos de Finlandia. Y lo peor es que eran todos positivos. Les puso como ejemplo la sauna finlandesa. Según él, su sola existencia implicaba que ningún finlandés tuviese derecho a suicidarse bajo ninguna circunstancia, al menos no sin antes darse un buen baño de vapor en ella.»

Título: Delicioso suicidio en grupo | Autor: Arto Paasilinna
Fecha inicio: 3.12.2009 | Fecha fin: 25.12.2009

3 de diciembre de 2009

La reina en el palacio de las corrientes de aire

Ayer tenía tiempo y se notó: me leí las últimas 350 páginas del último libro de Stieg Larsson casi de un tirón (solo tengo que decir que lo terminé a las tres de la mañana). Varias cosas:

En primer lugar, como balance general, la trilogía me ha gustado. Sin embargo, creo que Larsson se excede a la hora de proporcionar información al lector. Por ejemplo, en este tercer libro la acción no empieza realmente hasta la página 400 (que viene a ser la mitad). El contexto es necesario y hacer denuncia también, pero sinceramente pienso que Larsson se pasa y sus novelas corren un ligero peligro: que se alarguen tanto que acaben saturando al lector. Recordemos que entre los tres volúmenes suman más de dos mil páginas...

Un aspecto de estos libros que me ha gustado mucho es que Larsson no tiene en vilo a los lectores con el sufrimiento de los protagonistas. Me explico. En los bestsellers al uso, el bueno de la película lo pasa fatal durante la trama, todo le sale al revés, «el malo» siempre está acechando y torciéndole los planes, etcétera (me refiero a libros del corte de La catedral del mar). A mí la verdad es que no me gusta ser "sufridora en casa" y pasarme una semana angustiada por una determinada lectura. Por eso mismo dejé de leer la continuación de Los pilares de la tierra alrededor de la página 50: se veía clarísimo que había un bueno-buenísimo muy sufrido, el pobre, y un malo-malísimo que iba a ponerle la zancadilla hasta la penúltima página.

Sin embargo, en esta trilogía los triunfos de «los buenos» son constantes y «los malos» también reciben somantas de palos durante toda la trama. Está muy equilibrado y sin embargo no le resta un ápice de emoción. En definitiva, un punto muy positivo para Larsson.

Estos libros también me han ayudado a desmitificar los países nórdicos. Creo que se tiende a pensar en el maltrato hacia las mujeres como propio del carácter pasional de los mediterráneos, y aquí vemos que la sociedad sueca es tan humana como cualquier otra.

Por último, las editoriales han querido vender Millennium como una trilogía, pero se nota que no era lo que el autor tenía en mente. Algunas fuentes dicen que existe un cuarto libro y otras hablan de diez en total. Lo que está claro es que ha quedado al menos un tema pendiente que apenas se trata en ningún libro y que seguro que estaba reservado para uno de esos libros que nunca se escribieron, pues era un tema candente que seguro que habría traido cola: el personaje de Camille, la hermana gemela de Lisbeth Salander.

En fin, el tema da para mucho, como daría el culebrón que hay montado en la vida real entre los herederos y la viuda de Larsson. Una pena, ese tema...

Título: La reina en el palacio de las corrientes de aire | Autor: Stieg Larsson
Fecha inicio: 31.10.2009 | Fecha fin: 3.12.2009

30 de octubre de 2009

No hay que morir dos veces

¡Tremendo libro! ¡Tremendo! Me ha enganchado hasta el punto de que en alguna ocasión he estado a punto de pasarme mi parada de metro. Claro que esto me pasa a menudo...

Resulta que hace unos días me apunté a un club de lectura. No tengo mucho tiempo, pero se reúnen solamente una vez al mes y me dije a mí misma que a eso sí que podía llegar (veremos). Entre las actividades culturales del barrio van a traer a Ledesma a una biblioteca y en cada club de lectura de la zona se está leyendo una de sus novelas; esta es la que nos ha tocado a nosotros y con la que me estreno en el grupo.

Ledesma es un importante representante de la literatura negra de este país. Cuando empecé el libro, de hecho, me llamó la atención la sequedad de la narración, directa y descarnada, que no deja un momento de respiro (recordemos que todo mi contacto con el género se reduce prácticamente a las gracietas de Petra Delicado). Sin embargo, al cabo de unas pocas páginas no solo me había acostumbrado, sino que estaba sumergida de lleno en la trama y en el estilo. Mi personaje favorito es sin duda el protagonista, Méndez, un policía duro, de los que han pateado la calle y saben más que las ratas viejas, venido a menos en el cuerpo policial quizá por sus métodos poco ortodoxos. Detrás de toda esa fachada Méndez tiene un corazón que no le cabe en el pecho y por eso se ha ganado mis favores.

Por lo demás, la trama estremece, engancha y no es facilona, aparte de que me tuvo al borde de la silla en más de una escena. Cuando hoy lo he terminado en el metro casi me he echado a llorar. No me diréis que con todo esto no os vais a animar a leer esta novela...

Título: No hay que morir dos veces Autor: Francisco González Ledesma
Fecha inicio: 22.10.2009 | Fecha fin: 30.10.2009

5 de octubre de 2009

Mi precio es ninguno

No podía creer lo que mis ojos veían. Doce años después de haber leído aquel libro hasta la saciedad, ahí me lo encontraba de nuevo. Doce años sin haberlo visto por ningún estante ni de biblioteca ni de librería, pues hay que recordar que es un libro que pasó sin pena ni gloria.

La historia es como sigue. En la biblioteca de mi universidad apenas había 60 o 70 novelas; todo lo demás, claro está, eran libros especializados, manuales y diccionarios. De entre aquellas novelas un día encontré Mi precio es ninguno, de Martín Casariego. Me llamó la atención el resumen de la contra («Max, que ha vivido y parece vivir sólo para la decadencia, suele matar su tiempo en un bar cutre de la noche madrileña. De pronto, como una ráfaga de vida, aparece una mujer despampanante que él recuerda muy bien: Elsa fue su gran amor y la causa de su ruina seis años atrás...»). Me leí el libro de tirón una, dos, tres veces... y le perdí la pista. No tenía dinero para comprármelo, así que adiós... hasta hace un par de domingos. Allí estaba yo en mi mercadillo ¡y me encuentro este libro, en su misma edición! Por supuesto que se iba a venir conmigo, esa no era la duda. Mi intriga radicaba en la opinión que me formaría al leerlo tanto tiempo después y me daba miedo que me decepcionara, que pensara algo así como: «¿Y este es el libro del que tan buen recuerdo guardaba?». Sería como decepcionarme a mí misma.

Porque lo cierto es que no recordaba prácticamente nada de la trama. Una historia acerca de un Héroe y la Chica, poco más. El sábado lo terminé, y la cosa se resume en que no me decepcionó en absoluto.

¡Qué alegría volver a leer esos ingeniosos diálogos! ¡Qué risa en algunos pasajes! ¡Qué penita en otros! Para mí, la historia es todo un homenaje a la novela negra y a sus estereotipos (como digo, el Héroe, el Malo, la Chica...) en clave de humor, un humor acertadísimo, una narración irónica, mordaz, tierna... Ah, qué gran libro.

Y ahora tengo dos preguntas. ¿Por qué un libro tan bueno como este ha pasado sin pena ni gloria? ¿No encandiló a los críticos como me ha encandilado a mí?

La segunda pregunta: estoy intrigadísima por saber cuál era el título que tenía este libro originalmente. Cuenta Casariego en su web que tuvo que cambiarlo por imposiciones de la editorial pero, claro, no dice cuál era el título que escogió en primer lugar. ¿Alguien lo sabe?

Título: Mi precio es ninguno | Autor: Martín Casariego Córdoba
Fecha inicio: 27.09.2009 | Fecha fin: 3.10.2009

27 de septiembre de 2009

Esperando un respiro

El otro día volví al mercadillo de libros en el que tantas joyas encuentro y vi este libro que hoy comento. Me llamó la atención porque me sonaba el título muchísimo, y es que hicieron una película de bastante éxito en los años noventa. La foto de la cubierta del libro es un fotograma de esta peli, precisamente.

Lo cierto es que en su día no la vi, pero la primera frase del libro me bastó para convencerme de que debía llevármelo a casa: «Se supone que en estos momentos estoy cachondísima por el simple hecho de que me estoy vistiendo para una fiesta de Año Nuevo a la que me ha invitado un tío que se llama Lionel». No es que mis pensamientos suelan ir en esa línea o que utilice un lenguaje similar, pero me sorprendió gratamente la franqueza y el vocabulario directo de la frase.

Investigando un poco, leo que el libro constituyó todo un fenómeno editorial en Estados Unidos, donde vendió cuatro millones de ejemplares. La película, con dos conocidas actrices al frente, aupó aún más esta historia a la fama: trata de cuatro mujeres negras que viven en Phoenix en los años noventa y de cómo tratan de conseguir el amor. Por el camino, encuentros, desencuentros, amantes, divorcios, fiestas, risas y depresiones. Además, Terry McMillan retrata una parcela de la sociedad negra estadounidense. El ritmo no decae en ningún momento, la historia está bien escrita, es divertida y deja una puertita abierta a la esperanza. La verdad es que me ha gustado.

Si tuviera que ponerle un pero es la traducción, que no me ha parecido del todo fluida. De acuerdo, se trata de un texto de 1993 y muchas expresiones ahora se dirían de otra manera; eso es comprensible. Sin embargo en muchos puntos me chirriaba. Lo curioso es que lo tradujo Roser Berdagué, una profesional que se ha pasado cuarenta años de su vida traduciendo, que suma un total de 325 libros traducidos y que ha lidiado con muchos clásicos. Por algo será.

Otro tema: el título no me parece demasiado acertado. Cuando salió la película no me trasmitía nada, se me antojaba un título ambiguo. Quizá por eso no la vi. Hoy, buscando información sobre el libro, leo lo siguiente (el título en inglés es Waiting to Exhale): «All of them are "holding their breath" until the day they can feel comfortable in a committed relationship with a man». ¡Por fin lo veo claro!

Título: Esperando un respiro | Autor: Terry McMillan
Fecha inicio: 18.09.2009 | Fecha fin: 27.09.2009

18 de septiembre de 2009

The History of Love

Al parecer, este es uno de esos libros que o se ama con locura o resulta insufrible desde la primera página. Pues bien, me adscribo al segundo grupo: The History of Love me ha parecido un peñazo.

Debo admitir que hacia el final las historias parecen converger y cobran sentido, pero me he pasado todo el libro perdida, como dos pasos por detrás de las elucubraciones de la autora. Puede que en algunos libros esto sea precisamente lo adecuado, pero me parece que en este libro no funciona. Lo he terminado con la sensación de que debería leérmelo al menos un par de veces más para ir enterándome de algo.

Por otra parte, utiliza una técnica de escritura que yo no sé si será muy novedosa, pero no me convence. Párrafos numerados en los que expone mil ideas inconexas, página tras página en blanco en las que solo hay escritas un par de frases... Da la sensación de que la autora quería contar un montón de anécdotas y no ha sabido hilarlas. Me la imagino pensando: «Cuando escriba un libro contaré esto; y esto otro; y aquello que me pasó...».

En definitiva, lo he leído con prisas y con ganas de terminar. Como ya he dicho en otras ocasiones, muuuuy mala señal...

Título: The History of Love | Autor: Nicole Krauss
Fecha inicio: 8.09.2009 | Fecha fin: 17.09.2009

10 de septiembre de 2009

Una cita al vuelo

«And though you were grown up by then, you felt as lost as a child. And though your pride was broken, you felt as vast as your love for her. She was gone, and all that was left was the space where you'd grown around her, like a tree that grows around a fence.

»For a long time, it remained hollow. Years, maybe. And when at last it was filled again, you knew that the new love you felt for a woman would have been impossible without Alma. If it weren't for her, there would never have been an empty space, or the need to fill it.»

The History of Love, Nicole Krauss

9 de septiembre de 2009

Ya he devorado el segundo de Millennium



La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina
Stieg Larsson
Fecha comienzo: 29 de agosto del 2009
Fecha fin: 7 de septiembre del 2009

Hacía tiempo que no sacaba horas de donde no las tengo para leer y este libro, literalmente, me ha quitado el sueño. La acción es trepidante ya desde la primera página y el autor nos vuelve a dar un aluvión de datos acerca del tema central del libro, que en este caso es el tráfico de mujeres para convertirlas en prostitutas.

No quiero decir más sobre la trama, así que voy a dedicar unas líneas a alabar la calidad de la traducción al español y de la posterior edición. Una cosa me dejó a cuadros: en un momento dado aparece la palabra «pirsin» por piercing, que además ya sale en el libro con esta última grafía. Curioso... ¿Será un globo sonda de la editorial para ver si la palabreja se acepta o, por el contrario, si la muchedumbre se rasga las vestiduras ante tamaño atrevimiento? Ya me gustaría a mí que un debate así tuviera lugar en televisión. ¿Qué opinará Belén Esteban de los pirsins?

31 de agosto de 2009

Un libro sobre mi patria chica


Donde duermen las aguas
Lorenzo Mediano
Fecha comienzo: 25 de agosto del 2009
Fecha fin: 29 de agosto del 2009

El día de mi cumpleaños me metí en una librería de mi pueblo, en Huesca, y descubrí este libro en un estante. Ha sido una grata sorpresa, aunque tengo algunas cosillas que criticarle al autor. Vamos por partes.

La novela está ambientada en un pueblecito ficticio del Pirineo y narra la lucha de dos pueblos por la supervivencia en un tiempo en el que el éxodo hacia las ciudades empieza a despoblar los valles y a llenar de pesimismo a sus gentes. Mediante los personajes, el autor describe el carácter montañés e intercala aquí y allá frases en fabla. ¡Se nota que vivió muchos años en el Pirineo!

A medida que avanza la lectura, estremece saber que la historia está basada en hechos reales y no pude evitar pensar en Fago. Si este suceso no hubiera sido explotado ya hasta la saciedad en los telediarios y las miniseries, habría sido un punto de partida excelente para otro libro de Lorenzo Mediano. Es curioso que en el caso de Fago no imperara la ley de la montaña: allí sí que acudió la Guardia Civil...

Me lo pasé muy bien con el libro y llegó un punto en que no podía soltarlo. Sin embargo, tengo algunas quejas para el autor (ojo, a continuación desvelo parte de la trama). En primer lugar, la historia de amor entre Pilar y Vitorián no es creíble. Se ve a la legua que el recio mocetón y la atractiva profesora serán los protagonistas del romance, pero falta un pelín de trasfondo. Me gustaría que Lorenzo Mediano hubiera profundizado algo más en la personalidad y los sentimientos de estos dos personajes para que el lector entendiera por qué se enamoran. Ahora ocurre de un capítulo a otro, de sopetón, y apenas sin motivo.

En segundo lugar, el libro toca el tema de los malos tratos de una manera a mi entender demasiado alegre. Hay una escena brutal en la que la profesora recibe una paliza y el asunto se despacha con una tunda al agresor y una patada que lo manda de vuelta a Zaragoza. Poco más. Creo recordar que incluso la chica se siente avergonzada de lo que le ha pasado. Y sin más, el libro pasa a otra cosa. El autor podría haber hecho reflexionar un poco a Pilar sobre lo ocurrido para que el lector, a su vez, pensara sobre ello y no lo viera como una anécdota más de la trama.

En tercer lugar, los diálogos entre Pilar y sus amigas me parecen un poco forzados. Se nota que el objetivo de ese capítulo es dejar patente que Pilar se ha distanciado de la que era su anterior vida en Zaragoza. Sin embargo, las burlas de sus amigas, los escotes, los tacones en pleno pueblo... todo me parece llevado al extremo. Podría haber sido más disimulado, más sutil, como creo que son al fin y al cabo los comentarios de este tipo entre mujeres; el capítulo habría quedado más redondo y creíble.

Creo que eso es todo. Pueden parecer demasiadas críticas, pero en conjunto el libro está muy bien y ya se lo he recomendado a un par de personas. Sobre todo lo disfrutarán los aragoneses, en particular quienes hayan vivido por el norte de Huesca, pues se descubrirán asintiendo en muchos de los párrafos al reconocer una costumbre o cierta expresión.

Leeré más cosas de este autor que acabo de descubrir...

28 de agosto de 2009

Estremecedor

La vida invisible
Juan Manuel de Prada

Fecha comienzo: 15 de agosto del 2009
Fecha fin: 24 de agosto del 2009

Pongo en práctica un nuevo método para registrar los libros que leo y mi obsesión por dejar constancia de las fechas en las que comienzo y termino un libro. A ver qué tal queda.

Bueno, pues ya terminé otro más de mi querido De Prada. Como todos los que he leído de este autor (tampoco muchos: La Tempestad y El séptimo velo) lo he disfrutado mucho. Me encanta cómo escribe y el vocabulario que utiliza, aunque sé que no todo el mundo estará de acuerdo conmigo en este punto. Para mí es una oportunidad estupenda de aprender y de disfrutar con el uso del lenguaje. Además, los difíciles temas que toca en el libro bien merecen un lenguaje alambicado.

Es un libro duro que narra el descenso de una persona, como podría ser yo misma, a los pozos más sórdidos de nuestra sociedad. En paralelo se cuenta la historia de una pin-up que vivió un destino en cierto modo parecido. También habla de la burbuja egoísta en la que vivimos y la necesidad de comprometerse con los demás, de dar incluso la vida por el prójimo.

En fin, creo que es un autor no muy popular pero aquí quiero romper una lanza en su favor. Ah, y es el único premio Planeta que he leído y que es cien por cien merecido, en mi opinión.

26 de agosto de 2009

No acosen al asesino

No acosen al asesino
José María Guelbenzu
Fecha comienzo: 1 de agosto del 2009
Fecha fin: 9 de agosto del 2009

Devoré este libro en Cádiz, durante las vacaciones que pasamos en El Tajo del Águila. Disfruté mucho la lectura de esta novela negra amena, de fácil lectura y con una gran carga psicológica: en un pueblecito costero del norte de España, los adinerados habitantes de una tranquila zona residencial se ven sobresaltados por el frío asesinato de un juez de renombre. El lector goza de una situación privilegiada puesto que sabe desde el principio quién es el asesino y observa las conjeturas de los vecinos sobre quién habrá cometido el crimen y si podría ser uno de ellos.

Un libro muy recomendable; pese a que la narrativa de Guelbenzu me parece en algunos momentos no del todo fluida, algo torpe, el desarrollo de la trama me parece muy logrado, con el punto de suspense justo en cada momento. Guelbenzu también ha hecho un muy buen trabajo a la hora de describir el trasfondo psicológico de los caracteres hasta lograr que el lector se ponga en la piel del torturado asesino.

No es el libro de mi vida, pero me hizo pasar tan buenos momentos allí en Cádiz que le daría un nueve sin dudarlo.

23 de agosto de 2009

Caballo de Troya

¡Por fin terminé Caballo de Troya! De hecho, acabé con él hace un mes ya, pero con las vacaciones de por medio no había podido actualizar el blog antes. Así pues, he tenido tiempo de digerir el libro, formar una opinión y pensar en otras cosas. A veces no es bueno escribir en caliente...

La cosa se resume en que el libro me ha gustado, pero no lo suficiente como para seguir con la saga. La historia me entretuvo y me conmovió, pero los pasajes descriptivos se me hicieron francamente pesados. Y había muchos... De todas formas, lo mejor de todo es que, durante muchos pasajes, llegué a pensar que la historia era real; creo que eso es lo máximo a lo que puede aspirar un escritor, ¿no?

11 de julio de 2009

Los hombres que no amaban a las mujeres


Tengo una pequeña costumbre, manía si quieren: me gusta saber lo menos posible acerca del libro que voy a leer. Si puedo, incluso evito la contra. Entonces, ¿cómo los elijo? A veces me basta una recomendación o una buena crítica. Otras, en la librería empiezo a leer la contra y, si veo que pinta bien, me lo llevo directamente sin terminarla. A menudo sí que leo la contra entera o alguna breve reseña por internet, aunque para cuando emprendo el libro ya se me ha olvidado de qué iba.

Millennium no se contaba entre mis prioridades para las próximas semanas. Lo quería leer, sí, pero tenía otras cosas en mente. Sin embargo, un día estaba viendo la tele tan tranquila, cuando de repente me enchufan un tráiler de Los hombres que no amaban... Cambié de canal tan rápido como mis reflejos me lo permitieron, pero ya había visto y oído los primeros segundos. Suficiente para desvelar un pequeño dato. Jolín.

Así pues, dado el corte mediático que estaba adquiriendo el librito de marras, decidí no arriesgarme más y comprarlo antes de que fuera pasto en todas las tertulias de radio y televisión. Eso sí, emprendí la lectura sin leer la contra y me alegro infinitamente, porque da un inocente dato que, a mi modo de ver, destripa completamente parte de la trama, uno de los puntos más interesantes, de hecho. No digo más; los que estéis a tiempo, ni miréis el texto de la contracubierta.

En cuanto a la trama, a mí sí que me convence. Lo cierto es que no tiene el corte de típico best-seller catedralicio: empieza con más de 150 páginas de árboles genealógicos, economía y política de Suecia. No aburre en ningún momento, pero ya digo que no es un superventas al uso. He simpatizado con los protagonistas, temido por ellos, vibrado con sus andanzas y deseado que salieran vivitos y coleando de ellas. Supongo que eso es más de lo que consiguen la mayoría de los libros de hoy en día. Para mí, ha sido un tiempo muy bien invertido. Aún no tengo el segundo libro porque es un pastón, todo sea dicho, y tengo un montón de novelas en la estantería esperando su turno, pero sin duda ese segundo volumen se vendrá conmigo en las vacaciones de verano.

15 de junio de 2009

Otra decepción


Ya he terminado El silencio de los claustros, de Alicia Giménez Bartlett: una nueva aventura de Petra Delicado. Tenía la esperanza de que Nido vacío fuera solo un mal día de la editorial, pero las dos novelas tienen exactamente el mismo corte.

De pequeña, pensaba que los novelistas escribían exactamente lo que yo leía, y que lo hacían a la primera y de un tirón. También miraba con admiración las líneas, que acababan todas exactamente en un mismo punto y formaban párrafos perfectamente cuadrados (lo que en el gremio se llama "párrafo justificado"), y no conseguía explicarme cómo lo conseguían con todas y cada una de las líneas. Una letra fuera y esa línea quedaría coja, corta, desalineada con respecto a las demás. Aún tardaría un tiempo en descubrir los procesadores de texto…

Pero disgreso. Decía que de pequeña pensaba que escribir era sencillísimo. Mira este escritor, cómo ha producido página tras página hasta completar las trescientas que tiene la novela. También tardé unos cuantos años en descubrir que el estado en el que los originales llegan a la editorial poco tiene que ver, por lo general, con lo que después se publica. A menudo, cuatro y cinco tandas de correcciones son necesarias para alcanzar un texto mínimamente publicable. Al final, uno se pregunta hasta qué punto merece el autor que su nombre figure en cubierta.

En fin, así ha funcionado el negocio editorial desde hace muchos años y pocos visos tiene de cambiar. No tengo nada que objetar –entre otras cosas porque yo también como de este pan–, a no ser que este andamiaje que se construye en torno a una obra se vea desde la calle. Y eso ocurre cuando el proceso de edición no es cuidadoso y llegan errores a la edición final. Uno se echa las manos a la cabeza y se da cuenta de dos cosas: una, que ese error se le ha escapado a los dos, tres o cuatro correctores y editores que han leído el libro, y dos, que probablemente salió así del ordenador del autor.

Este libro está lleno de errores. Y de los tontos, además, de esos que te hacen chasquear la lengua impaciente porque te impiden centrarte en la trama. Hacia la página 25 ya había perdido la cuenta de los signos de interrogación que se abren pero, misteriosamente, no se cierran. Tanto el autor como el corrector desconocen la diferencia entre "deber" y "deber de" y los utilizan arbitrariamente. Y lo peor es la flojísima puntuación. Se trata de un tema menor que veo recogido en muy pocos libros y en menos cursos de corrección, pero cuánto empobrecen un texto…

No sé, quizá no sean errores de bulto y el libro sea un éxito de ventas, pero a mí me sacaban de quicio precisamente porque son de principiante. Y estos mismos errores hicieron que me enfrentara al argumento desde una postura crítica. No sé, creo que Petra Delicado ya no es lo que era, y más desde que se casó. Para mí la gracia del libro la tenían sus reflexiones de loba esteparia que llegaba a su casa tras un duro día luchando contra el mal y se relajaba con un whisky y música clásica, al tiempo que hacía reflexiones sobre las bondades de la soltería. Esta nueva Petra con un marido santurrón que le aguanta todos los desplantes, cuatro hijastros, dos exmujeres… ¡Por Dios, si hasta Garzón se ha casado!

Creo recordar que los primeros libros (Día de perros, Un barco cargado de arroz…) eran infinitamente más originales y más entretenidos. Y no recuerdo erratas. También es cierto que compré ediciones de bolsillo, y si la compra te sale mal no te duelen mucho los seis euros. Recordemos que Nido vacío y El silencio de los claustros me costaron unos 18 euros cada uno. Con ese precio, la verdad, no puedo evitar ponerme un poco tiquismiquis…

31 de mayo de 2009

Creía que mi padre era Dios


Qué lástima que este blog no lo visite nadie, porque os vais a quedar sin leer este magnífico y creo que desconocido libro de Paul Auster. En realidad no lo ha escrito él, sino que es una recopilación de relatos que surgieron a raíz de un programa de radio en el que Auster participó. La única consigna era que se tratara de hechos reales y el resultado es un mosaico de coincidencias, sueños, anhelos, nostalgias, miedos y anécdotas por parte de gente de a pie. Nos podrían haber ocurrido a cualquiera.

Son muy breves: algunos tres páginas, otros apenas media. Muchos me han hecho soñar y alguno que otro me ha conmovido tanto que se me saltaron las lágrimas mientras lo leía. Mi preferido, sin duda, es «Mesa para dos», aunque también podría señalar «A orillas del mar», «Una tristeza común y corriente» o «Una Navidad en familia», relato que, por cierto, fotocopié hace muchos años y mandé a una amiga para felicitarle las fiestas. Ella también lloró mientras lo leía.

Algo que debo resaltar es la capacidad que tienen muchas personas para narrar la realidad. Muchas de esas historias no tendrían nada de interesante si no estuvieran tan bien contadas como lo están. Admiro a esas personas que en el día a día encuentran mil anécdotas. Como Bill Bryson, de quien tengo que hablar en alguna otra ocasión.

En fin, si alguien pasa por aquí y está dudando acerca de qué libro leer en este momento, mire usted, hágase con este.

10 de mayo de 2009

Las historias románticas de Francesc Miralles (ojo, spoiler)


Con este autor me ocurre algo curioso: me da la sensación de que las novelas románticas que escribe están hechas para mí (me gustan los temas que a priori plantea). Sin embargo, cuando acabo la novela en cuestión siempre me digo que no volveré a leer nada suyo.

Ya me había ocurrido en dos ocasiones: con amor en minúscula y con Barcelona blues. Y como ya digo que con este autor tengo una especie de relación amor-odio, la última vez que estuve en la librería Gong (que, por cierto, creo que es más barata que la Fnac y Abacus) me llevé Ojalá estuvieras aquí. «En fin –me dije ayer, cuando emprendí la lectura–, vamos a darle otra oportunidad.» Sin embargo, necesité unas pocas páginas para comprobar que es más de lo mismo.

Un chico con poca fortuna en el amor, pero inteligente y sensible (diseñado para que las lectoras se identifiquen con él y lo erijan en su hombre ideal) ve cómo pequeñas casualidades irrumpen en su día a día: todo parece apuntar a una enamorada anónima. Nada nuevo en las novelas de este corte de Miralles.

¿Problemas? El primero, Miralles parece producir libros como churros (unos siete u ocho en los últimos tres años, amén de otras colaboraciones). Últimamente tenía la sensación de toparme con un libro nuevo suyo cada vez que acudía a la librería. Y esas prisas a la hora de escribir se notan en el resultado: no profundiza apenas en los personajes, los diálogos son simplones, abundan los lugares comunes y las frases tópicas, el final es previsible...

El segundo problema tiene que ver con lo que digo de que no profundiza en los personajes: ya pasó en amor en minúscula y vuelve a ocurrir en Ojalá estuvieras aquí: al final el protagonista acaba con una chica de la que el lector apenas sabe el nombre y poco más, de manera que, al menos yo, me quedo preguntándome qué demonios ha visto en ella para enamorarse. Necesitamos más información, Francesc, personajes más densos, más desarrollados.

Otra cosa que tampoco me gusta es que plaga el libro de referencias para culturetas (mención a la película freak de un director de culto, un disco de jazz que se encuentra entre los clásicos...). Me parecen metidas con calzador, como para dar al libro un poco de chicha y animar al lector a proseguir.

Ah, y en ocasiones Miralles se pone tan cursi que me da vergüenza ajena. Por ejemplo, el mail en tono romanticón que le escribe a una completa desconocida, que, por lo que el personaje sabe, bien podría ser una niña de 14 años o una señora de 70. De todas formas, esa desconocida contesta a otro mail despidiéndose con un "Tuya amantísima". ¿De qué siglo ha salido este Miralles?

Bueno, lo dejo aquí. Y esta vez sí que me digo que es el último libro de Francesc Miralles que compro. Si al menos hubiera sido una edición de quiosco de cinco euros... Más de 15 me costó la perla.

La lluvia amarilla



Hay libros que parece que te llaman, que te buscan, que quieren llegar a ti. Eso me pasó con La lluvia amarilla, de Julio Llamazares. Llevaba un tiempo sin encontrar nada interesante para leer. Salvo Sanguinarius, todo lo demás habían sido lecturas monótonas; incluso había empezado a releer buenos libros de antaño. Sin embargo, sabía que más pronto que tarde caería en mis manos un libro que valiera la pena. Así, por dos caminos muy diferentes y en muy poco tiempo me llegaron buenas reseñas del libro de Llamazares: los últimos días de un hombre que se ha quedado solo, como último habitante, en un pueblecito del Pirineo oscense.

Teniendo en cuenta que buena parte de mi infancia y años mozos los he pasado en un pueblecito minúsculo de Huesca, sentía que tenía que leer este libro. Así pues, lo encontré, me lo traje a casa y el viernes, aprovechando que había pillado un tremendo resfriado y por tanto apenas tenía ganas de hacer nada, me enfrasqué en su lectura.

Al final del primer capítulo ya tenía los ojos arrasados. Llamazares domina la escritura como pocos y se siente particularmente cómodo en las descripciones: en tres párrafos ya crees estar en pleno Pirineo, rodeado de bosques, lluvia y soledad, compartiendo los recuerdos de Andrés de Casa Sosa, que con los años ha visto cómo todos los habitantes de su pueblo se han ido marchando, incluidos su hijo y después su mujer.

Este libro es absolutamente impresionante. No es muy largo, pero la lectura es densa y te sumerge por completo en el universo del protagonista. Por supuesto, lo recomiendo encarecidamente. A mí solo me queda incluirlo en mi lista de libros que hay que releer, pero en la próxima ocasión lo haré junto al fuego de nuestra casa, en el pueblecito oscense en el que crecí. Qué mejor marco.

6 de mayo de 2009

Dos rapiditos


Después de Sanguinarius emprendí con ilusión la lectura de una novela que llegó a mí de forma curiosa. Una cafetería de Barcelona organizó un evento para el día de Sant Jordi: los clientes traían un libro durante aquella semana y el Día del Libro recogían el que prefirieran de entre los que habían dejado los demás clientes allí. Uno de los que me llevé fue Acqua Alta, de Donna Leon. Novela policíaca (me gustan) y trama en apariencia interesante. Pero no. Debo reconocer que, si un libro no me gusta, no lo termino (o lo leo muy en diagonal). Sí, soy de esas... Creo que hay demasiados libros buenos en el mundo como para entretenerse en los que no nos gustan. Total, que la trama me pareció enrevesada y la narración no me enganchó en absoluto, así que me aburrí hacia la mitad y el resto lo leí en diagonal. Sin pena ni gloria.

A este siguió El lector, que me ha gustado pero quizá esperaba más. Me lo leí rápido y pensando en el siguiente que tenía en la mesilla: mala señal. En fin, plantea temas interesantes pero no me ha llegado especialmente. Qué le vamos a hacer.

Lo dejo, que hace diez minutos que no paro de bostezar.

Sanguinarius, finiquitado


¡Ah! ¡Qué poco tiempo de escribir he tenido estos días! Porque no, no sigo con Sanguinarius. Lo terminé en el Día del Libro, un poco con prisas porque ya tenía ganas de emprender la lectura de alguno de los otros libros que se apilan en la mesilla. De todas formas, Sanguinarius no se merece eso ni muchísimo menos, porque es un libro magnífico. He de decir que no todas las historias me han gustado, pero en general son todas destacables y la introducción que precede a cada una de ellas permite paladearlas aún más. Alguna incluso me ha recordado al «Miserere» de Bécquer, salvando las distancias. Además, he disfrutado del texto, magníficamente traducido y editado. No sé a quién agradecérselo, si al traductor o al equipo que le sigue de correctores y editores de mesa; probablemente es una tarea conjunta, así que, desde aquí, me quito el sombrero ante todos ellos.

7 de marzo de 2009

Gótica


El otro día pasé una tarde entretenidísima a la caza de libros (expresión que leí hace poco en el blog de Homo libris y que adopto desde ya con su permiso). Muchos convendrán conmigo en que el placer de encontrar un buen libro, de toparse con él, es casi igual a disfrutar de su lectura. Quizá una vez terminado resulte no estar a la altura de mis expectativas, o quizá sea mucho mejor de lo que imaginaba. En cualquier caso, disfruto muchísimo cuando vuelvo a casa con lo que promete ser una joyica más de mi biblioteca.

Y resulta que ese día no encontré un libro prometedor, sino que descubrí una serie entera: Gótica, de Editorial Valdemar, «clásicos imprescindibles que cimentaron el género gótico y la literatura de terror», como dicen ellos mismos en su página web. Estuve dudando entre la narrativa completa de H. P. Lovecraft, Nuevos cuentos de los mitos de Cthulhu o Sanguinarius, 13 historias de vampiros. Al final opté por terreno conocido y me llevé a los vampiros. La edición es muy cuidada, con una tipografía clara y páginas de color marfil, como el color elegido para la cubierta junto con el negro. El único defecto que le encuentro es la situación del logo de la colección en la cubierta, que para mi gusto está metido con calzador.

El libro tiene una introducción de Antonio José Navarro y cada uno de los relatos va precedido a su vez por una nota introductoria del mismo autor que lo sitúa en su contexto histórico. De momento no he avanzado mucho y no he pasado todavía de la primera historia, pero es que no encuentro muchos momentos para él: es el típico libro que solo se puede leer de noche. Si pudiera arrellanarme en un viejo sillón junto al fuego mientras el viento ulula fuera ya sería el marco perfecto, pero me temo que me conformaré con leer en mi rincón favorito del salón con el calorcillo que ya empieza a hacer en Barcelona.

Por cierto, la traducción de los textos es de José Luis Moreno-Ruiz y, por lo que he visto hasta ahora, está francamente bien.

Calentando motores...


El día en que perdí aquel archivo de FileMaker por tercera vez decidí que tenía que buscar otro método para conservar el listado de libros que leo. No recuerdo cuándo empecé a recopilarlo, pero creo que entre los primeros libros que incluí había uno de le petit Nicolas que leí durante una estancia en Manchester, así que debió de ser allá por 1997.

La idea era sencilla: una pequeña base de datos donde constara la información básica del libro (título, autor, editorial, año de edición...), así como un campo de citas, otro de comentarios míos, y las fechas en que comenzaba y terminaba cada libro (esto me gusta anotarlo con total precisión). Me temo que ya no hay posibilidad de rescatar esos archivitos, que fenecieron junto con sendos discos duros, así que este rinconcillo nace con el firme propósito de no volver a perder esa información.

Si este blog sirve además para que otras personas descubran nuevos libros y pasen un rato apasionante con ellos, el segundo propósito de este sitio ya estará conseguido. Enjoy!